Hola:
Hay semanas que precisan de algo extra para iniciar. Veamos si ayudan estas preguntas de Oliverio Girondo, poeta argentino inspirador de Horacio Oliveira, personaje de Rayuela.
¿DÓNDE?
¿Me extravié en la fiebre?
¿Detrás de las sonrisas?
¿Entre los alfileres?
¿En la duda?
¿En el rezo?
¿En medio de la herrumbre?
¿Asomado a la angustia,
al engaño,
a lo verde?...
No estaba junto al llanto,
junto a lo despiadado,
por encima del asco,
adherido a la ausencia,
mezclado a la ceniza,
al horror,
al delirio.
No estaba con mi sombra,
no estaba con mis gestos,
más allá de las normas,
más allá del misterio,
en el fondo del sueño,
del eco,
del olvido.
No estaba.
¡Estoy seguro!
No estaba.
Monday, March 30, 2009
Thursday, March 26, 2009
Trato de decir a oscuras todo esto
Hola:
Otra vez releo esto de Jaime Sabines, que luce tan familiar, De "Nuevo recuento de poemas" ...
“Trato de escribir en la oscuridad tu nombre.
Trato de escribir que te amo.
Trato de decir a oscuras todo esto.
No quiero que nadie se entere,
que nadie me mire a las tres de la mañana
paseando de un lado a otro de la estancia,
loco, lleno de ti, enamorado.
Iluminado, ciego,
lleno de ti,
derramándote.
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche,
lo grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre,
vuelvo a decirlo,
lo digo incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer”
Otra vez releo esto de Jaime Sabines, que luce tan familiar, De "Nuevo recuento de poemas" ...
“Trato de escribir en la oscuridad tu nombre.
Trato de escribir que te amo.
Trato de decir a oscuras todo esto.
No quiero que nadie se entere,
que nadie me mire a las tres de la mañana
paseando de un lado a otro de la estancia,
loco, lleno de ti, enamorado.
Iluminado, ciego,
lleno de ti,
derramándote.
Digo tu nombre con todo el silencio de la noche,
lo grita mi corazón amordazado.
Repito tu nombre,
vuelvo a decirlo,
lo digo incansablemente,
y estoy seguro que habrá de amanecer”
Wednesday, March 25, 2009
Yo no sirvo para otra cosa que los pájaros
Hola:
Para estar a tono con el día mundial de la poesía y con el "Año de Jaime Sabines", uno de sus poemas sueltos, tomado de “Nuevo Recuento de Poemas 1950-1993". Ediciones
JM
En la boca del incendio arden mis días,
La hojarasca que soy, la yerba seca.
Siento mi alma como tierra quemada.
Ojos míos: no miren otra cosa que los últimos
fantasmas diarios.
Boca mía: no digas más que el saludo, “buenas noches”,
Y el tiempo, “que hermosa tarde” o “como llueve”.
Manos y dedos míos: sigan apretando el escritorio,
Los billetes, la copa, los muslos.
Planta de mi pie: hay que continuar sobre el camino
hollado,
Al lado de los mismos automóviles, sobre las mismas
hormigas.
Corazón mío: dedícate a tu sangre, a mis pulmones.
Y tú, querido estómago: digiere las cosas con que te
acompaó.
Rueda del molino: no somos extraños.
Para ti, amada, odiada mía, me pondré a buscar los
nombres más dulces
Y los iré enterrando en tu oído con mi lengua.
Quiero llenarte la cabeza con esa espuma del mar.
Yo no sirvo para otra cosa que los pájaros.
Dios, árbol mío: déjame caer de ti como tu sombra.
Para estar a tono con el día mundial de la poesía y con el "Año de Jaime Sabines", uno de sus poemas sueltos, tomado de “Nuevo Recuento de Poemas 1950-1993". Ediciones
JM
En la boca del incendio arden mis días,
La hojarasca que soy, la yerba seca.
Siento mi alma como tierra quemada.
Ojos míos: no miren otra cosa que los últimos
fantasmas diarios.
Boca mía: no digas más que el saludo, “buenas noches”,
Y el tiempo, “que hermosa tarde” o “como llueve”.
Manos y dedos míos: sigan apretando el escritorio,
Los billetes, la copa, los muslos.
Planta de mi pie: hay que continuar sobre el camino
hollado,
Al lado de los mismos automóviles, sobre las mismas
hormigas.
Corazón mío: dedícate a tu sangre, a mis pulmones.
Y tú, querido estómago: digiere las cosas con que te
acompaó.
Rueda del molino: no somos extraños.
Para ti, amada, odiada mía, me pondré a buscar los
nombres más dulces
Y los iré enterrando en tu oído con mi lengua.
Quiero llenarte la cabeza con esa espuma del mar.
Yo no sirvo para otra cosa que los pájaros.
Dios, árbol mío: déjame caer de ti como tu sombra.
Sunday, March 8, 2009
nuestra charla una suelta toga al viento
Hola:
Un soneto de Seamus Heaney, tomado del periódico mexicano la Jornada de ayer, este que abre la colección de 67 sonetos de Seamus Heaney con motivo de su 70 cumpleaños.
SUEÑO DE CELOS
Tú en mi paseo, y otra acompañante
por un valle; el césped susurrante,
adivino silencio por los dedos,
y a nuestros pasos los árboles frescos
regalaron un claro a los errantes.
El candor de la luz pasmó al instante.
Sobre el deseo hablamos y los celos,
nuestra charla una suelta toga al viento.
blanco mantel de día de campo abierto,
como un manual de etiqueta completo.
“Dame gusto –le dije a la invitada–,
muéstrame el astro malva de tu pecho”.
Ay, amor, ni la prudencia ni estos versos
podrán curar la herida en tu mirada.
Un soneto de Seamus Heaney, tomado del periódico mexicano la Jornada de ayer, este que abre la colección de 67 sonetos de Seamus Heaney con motivo de su 70 cumpleaños.
SUEÑO DE CELOS
Tú en mi paseo, y otra acompañante
por un valle; el césped susurrante,
adivino silencio por los dedos,
y a nuestros pasos los árboles frescos
regalaron un claro a los errantes.
El candor de la luz pasmó al instante.
Sobre el deseo hablamos y los celos,
nuestra charla una suelta toga al viento.
blanco mantel de día de campo abierto,
como un manual de etiqueta completo.
“Dame gusto –le dije a la invitada–,
muéstrame el astro malva de tu pecho”.
Ay, amor, ni la prudencia ni estos versos
podrán curar la herida en tu mirada.
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