Monday, March 5, 2007

Pero el veredicto del tiempo es inapelable. Y traicionero el trabajo del olvido

Hola:

Hoy les quiero compartir a un recien encontrado poeta colombiano nacido en 1965. Ramòn Cote Baraibar, que nos cuenta sobre una madona poco conocida de Leonardo Da Vinci, y sobre el olvido...

GINEBRA VENCI

Hay algo superior
al amor
y es el olvido
porque silenciosamente
va limando
puliendo
despojando
todo lo que por pasión
o soledad
consideramos alguna vez eterno.

Un día cualquiera lo advertimos
cuando al querer recordar la cara
de una mujer mil veces besada
en lugar de repasar sus párpados
extraviarnos en la profundidad de su boca
recuperar el doble salto de corza de sus cejas
para nuestro desconcierto encontramos
solamente
un óvalo
balanceándose en el aire del pasado
como una fruta solitaria.

Entonces la memoria
en una desesperada maniobra de rescate
emplea palabras verdes
como enebro
enredadera
boscaje
y se vale de una mandolina
como música de fondo
para lograr su restitución.

Pero el veredicto del tiempo es inapelable. Y traicionero el trabajo del olvido.
Ahora te comprendo
dolorida Ginevra Benci
cuando en la oscura sala de un museo
norteamericano miras hacia nadie
sin esperanza, como una lámpara encendida
en pleno día
soportando impasible
las parejas que pasan de largo sin detenerse a mirarte
los cumplidos que hacen de otras madonnas.

De nada te ha valido tener la cara más perfecta
la más delicada salida de manos de Leonardo
porque cargas como una maldición
la marca indeleble
del olvido..

Nota: Si quieren conocer a Ginevra, la pueden encontrar en www.epdlp.com buscando a Leonardo en pintores.

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