Friday, May 11, 2007

el tiempo es un àrbol que no cesa de crecer

"El hijo es un relámpago de futuro que nos deslumbra. Por él, por mi hijo, he visto más allá, más adentro, y más lejos, y quizás, ay, eso basta" Francisco Umbral. De Mortal y rosa


Hola:

Hoy es un día muy nutrido. Cumplen años Rubem Fonseca, escritor brasileño nacido en 1925 en Minas Geráis y Francisco Umbral, español nacido en Madrid en 1935

También aniversario de nacimiento de tres premios Nóbel de Literatura, Yasunari Kawabata, Camilo José Cela y Mijail Sholojov.

De Fonseca les comparto por cortesía de EPDLP un fragmento de:

LA MIRADA

" Sujeté al conejo por las orejas con la mano izquierda. Las piernas del animal se aflojaron, pero en seguida las encogió y me lanzó una mirada. ¡Una mirada significativa y directa, por fin!

-Gracias, gracias por esa mirada franca y cándida -dije siempre sujetando el conejo por las orejas. Coloqué las caras, la mía y la del animal, frente a frente, muy próximas. Leí la mirada que tenía delante: era una mirada de oscura curiosidad, de leve interés, como si lo que fuese a ocurrir no le importase a él, conejo. No era, pues, una mirada inquisitiva, de reconocimiento. "Están sujetándome por las orejas, es todo lo que debe de estar pensando", pensé.

Con el canto de la mano derecha, extendidos y juntos los dedos, di un golpe a la nuca del conejo. El cocinero me había asegurado que sólo un golpe sería suficiente para matar al animal.

Pero todos aquellos años que pasé comiendo irregularmente soufflés de espinacas, y sentado escribiendo y acostado, oyendo y leyendo a los grandes clásicos, habían contribuido muy poco al desarrollo de mi fuerza muscular. El conejo, al recibir el golpe, tembló y continuó con los ojos abiertos, ahora expresando un vago miedo. No era, sin embargo, un sentimiento irracional, el conejo sabía lo que estaba ocurriendo, que estaba a merced de un ente poderoso, que no podría huir y que sólo le quedaba resignarse"

Y de la poeta peruana Blanca Varela, que acaba de obtener el Premio Reina Sofía 2007.

ASÍ SEA

El día queda atrás,
apenas consumido y ya inútil.
Comienza la gran luz,
todas las puertas ceden ante un hombre
dormido,
el tiempo es un árbol que no cesa de crecer.

El tiempo,
la gran puerta entreabierta,
el astro que ciega.

No es con los ojos que se ve nacer
esa gota de luz que será,
que fue un día.

Canta abeja, sin prisa,
recorre el laberinto iluminado,
de fiesta.

Respira y canta.
Donde todo se termina abre las alas.
Eres el sol,
el aguijón del alba,
el mar que besa las montañas,
la claridad total,
el sueño.

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